Azucar amargo


Ayer encendí la luz del baño... y luego la apagué.  La volví a encender.  La volví a apagar.  Lo hice un par de veces y luego bueno, hice lo que tenía que hacer.  Me recordé de ella, sentada tras el volante de su camioneta, con su teléfono en la mano… buscando música o leyendo mensajes.  Fui a la pequeña mesa en el pasillo, tome una botella de agua pura y me senté en la orilla de la cama (afuera había viento y frío) y con la luz apagada abrí la botella, bebí un par de tragos y me puse a pensar: ¿Será posible que la luz conozca a la oscuridad y viceversa?  Es decir, bueno, la luz llega a un lugar de oscuro y se pregunta: ¿Dónde está la oscuridad?... pero esta ya se ha ido.  Luego, la luz se va y llega la oscuridad y se pregunta: ¿Y la luz?  Talvez solo se conozcan a través de un familiar lejano: la sombra.  La luz y la oscuridad.  Pueden estar al lado, pero tienen naturalezas tan diferentes que difícilmente se vean o convivan una con la otra.  En lo fundamental son diferentes.  Y bueno, pasa algo similar con el corazón y la mente.  Sus naturalezas son opuestas.  Para uno es suficiente el sentimiento y la comprensión y para el otro no. 



Yo podría describir la pizza de loroco que, en temporada, venden en Pizza Hut o la pasta de pollo y loroco que venden en San Martín y alguien podría decir: se oye bien, deben ser deliciosas.  Pero cuando abres tu boca, sientes su aroma entrar por tu nariz y sientes su consistencia y sabor en tu paladar, sólo entonces podrían decir como yo: “¡esto es una maravilla!, ¡es delicioso!".  Para una parte de nosotros es suficiente la descripción, para otra es necesario algo palpable y real.  En esa parte que necesita aquello está el corazón.  Antes, podría escribir que le quería y que le mandaba un abrazo fuerte y estaba seguro de que podría cerrar los ojos y decir: “que rico abrazo”.  Pero cuando tenía la oportunidad de verla y darle un abrazo entonces no necesitaba palabras que decir, ni ella que escuchar.  Había una parte de mí que se desdoblaba, se entregaba y se quedaba con ella.  En esos momentos es cuando de verdad podía sentir su cariño y darle el mío.  Pareciera que en el mundo del corazón las descripciones no tienen tanto valor como lo real.  Aunque es cierto, también, que el corazón y la mente guardan una profunda relación simbiótica.  Para sobrevivir –aquí- hace falta la colaboración de ambos.  Pero al final, cuando la mente ve las cosas confusas, en el corazón uno sabe, cuando se está bien o mal.



A lo largo de mi vida he escuchado muchas historias y anécdotas.  Hay gente que se conoce por Internet.  Hay gente que se enamora por Internet.  Hay personas que se conocen en la vida real.  Hay personas que se enamoran en la vida real.  Hay gente buena.  Hay gente mala.  Hay relaciones que vienen y luego se van.  Unos buscan.  Otros encuentran.  Unos ganan, otros pierden. Muchas historias de gente que busca a alguien en quien depositar la confianza.  Pero, a veces, los astros se alinean en el universo y pasan cosas maravillosas: la vida de uno y otro se encuentran.  Eso me pasó a mí.  Tuve la oportunidad.  Fue de esas cosas que suceden sólo una vez en la vida.



Me siento realmente afortunado de haberla conocido.  En medio del caos de este mundo, de tantos encuentros y desencuentros, yo soy una de las pocas personas que encontraron un diamante de esos raros y valiosos: Ella.  Vuelvo a ver la parte suya que vive en mi corazón y brilla  y digo para mí: ¡que afortunado fui!  Me hace sentir una alegre melancolía.  Cierto tipo de alegría con un regusto amargo.  No una alegría como la de un cumpleaños, ni de encontrar un buen trabajo, ni terminar un proyecto, ni conseguir el dinero que te hacía falta.  Sino una alegría que me acompaña, que me hace sentir lleno y vacío a la vez.



No todas las puertas que están cerradas están necesariamente bajo llave...

Comentarios

  1. Al escritor; usted escribe maravillosos pasages. El compartir trae esperanza.

    Yo tambien tube la oportunidad de conocer el amor de mi vida hace muchos, muchos años…el capitulo lo cerro la falta de respiracion… el amor no murio, lo que murio fue el cuerpo físico.

    En su situación, parece que los dos ya murieron…el amor y el cuerpo fisico (separación corporal).
    Tal parece que el sol sale (el día), continúa su gira al rededor de el planeta, termina su jornada. Luego le sigue la luna (la noche), este es un ciclo diario, …el mundo gira y gira, la gente corre y corre, niños lloran y luego sonrien y usted señor escritor….sigue sentado en aparente silencio enfrente de la puerta.

    “CUANDO UNA PUERTA SE CIERRA, OTRA SE ABRE:
    PERO NOS QUEDAMOS TANTO TIEMPO FRUSTRADOS MIRANDO A LA PUERTA CERRADA,
    QUE NO VEMOS CUANDO LA OTRA SE ABRIO”

    Que maravilloso que pudo vivir algo hermoso, y aunq regresara con su amor una vez más…nunca volverá a ser lo mismo.

    Caminar en la obscuridad da miedo y frio, cuando este listo para continuar en este maraton llamado vida, aqui tiene una amistad que caminará junto a usted para que núnca más sienta frio ni tampoco vacío. –resultados no son garantizados-

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